Al escuchar la expresión recesión económica es común asociarla con cuestiones de macroeconomía, y que antes de la pandemia por COVID-19 no era un tema alarmante en la sociedad o para nuestro bolsillo.
También resulta posible asociarla con factores económicos que influirán negativamente en nuestras finanzas. Por ello, es necesario conocerlos para prevenir un posible daño a nuestras finanzas personales.
La muy conocida ya estabilidad económica es el resultado de la combinación virtuosa de factores internos y externos de nuestra economía y sociedad.
Aquí te presentamos algunos factores de una economía estable, para después analizar otros factores que pueden provocar una recesión:
- Factores internos positivos
- Crecimiento sostenido del empleo
- Autosuficiencia alimentaria
- Presupuesto económico balanceado
- Mercado interno satisfecho
- Factores externos positivos
- Demanda de bienes y/o servicios por su calidad
- Disponibilidad oportuna y/o precio
- Intercambio comercial dinámico y balanceado
- Demanda de servicios e instalaciones para turismo de calidad
- Atención especializada al cliente
- Factores negativos:
- Desabastecimiento de alimentos
- Escasez de materias primas
- Dificultades o imposibilidad de acceso a tecnologías y equipos
- Precios de los productos locales poco competitivos
- Falta de capacitación continua del personal operativo
- Supervisión inadecuada
- Aranceles elevados
- Políticas proteccionistas
Un equilibro adecuado entre factores positivos y negativos es lo que permite acotar al mayor enemigo del desarrollo y la estabilidad: la inflación.
Pero, ¿qué es en sí una recesión económica?
Cuando nos enfrentamos a circunstancias adversas como pérdida de empleos o reducción en la oferta de éstos, se reducen los índices de la población económicamente activa y los ingresos que generan; nos encaminamos primero, a una desaceleración en la producción de bienes y servicios, que fatalmente puede desembocar en una recesión.
En una recesión se afectan todos los factores productivos: las empresas, los trabajadores, los consumidores y los clientes de los bienes y servicios. Cada uno sufrirá en mayor o menor grado las consecuencias de las restricciones o pérdidas.
Las medidas que los países pueden implementar para enfrentar una recesión son complejas e incluyen entre otras, despidos o reducción de la fuerza laboral y disminución de los programas productivos con la consecuente pérdida de competitividad y precios atractivos.
Estos son algunos de los principales efectos de la recesión en nuestras finanzas personales:
- El aumento en la demanda de bienes y la inapropiada satisfacción en tiempo y calidad aumenta el costo de adquisición y afecta nuestro consumo.
- Los precios de los artículos aumentan y los costos totales de nuestros consumos se incrementan.
- La posibilidad de aprovechar nuestra disposición de excedentes de capital se reduce.
- La posibilidad de acceso a tecnologías de punta o equipos especializados se dificulta o se hacen inaccesibles.
- Nuestras oportunidades de crecimiento personal se dificultan.
¿Cómo puedo protegerme en caso de una recesión económica?
Es necesario no solamente conservar el empleo, sino aumentar nuestra productividad al mismo tiempo (mejor disposición de los recursos) y conservar o incrementar la calidad de los productos elaborados y/o servicios proporcionados.
El ahorro y la inversión inteligente de nuestros recursos nos ayudarán a sortear los efectos de una recesión en nuestro patrimonio.
Un gasto ordenado y racional, así como un presupuesto personal balanceado se aplica exitosamente a los individuos y a las sociedades.